Entre dichos requisitos están la gestión documental, el cumplimiento de la legislación vigente de aplicación a la empresa, responsabilidades de la dirección, gestión de recursos, realización del producto, seguimiento y medición de las actividades que puedan afectar a la calidad del producto o servicio, establecimiento de una política de calidad, objetivos y metas, etc.
Una vez realizada la implantación de un sistema según esta norma, la empresa puede optar también por certificar su sistema, por medio de una entidad acreditada.
La implantación de un sistema basado en esta norma supone varias ventajas, no sólo para la empresa que realiza así su gestión, sino también para otras partes, como los clientes y proveedores.